ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Pablo Requena |
Dudo que haya alguien que dude a estas alturas del alcance
real que las redes sociales tienen en nuestra vida cotidiana. Llámenle
Facebook, Twitter, Twenti, Google+ o todos a la vez; si usted está leyendo este
artículo y no tiene una cuenta en alguna de las citadas redes, sin duda
pertenece a la época del pleistoceno, cuando menos. Ya sea para el tonteo, el
colegueo o para cosas más serias y menos ociosas como, por ejemplo, una
herramienta de trabajo o, ahora que vienen curvas, como plataforma electoral.
En efecto, los partidos políticos no son ajenos a esta
realidad y todos, desde los más grandes a los más humildes, están usando
-incluso diría que abusando- estas redes
sociales para difundir sus mensajes, sus ideas, sus artimañas y sus promesas.
Normal, ya que resulta absolutamente gratis, y con la que tenemos encima, de
necios sería ignorar vías tan asequibles.
A quien mejor le ha venido –siempre desde la óptica
electoral- esto del “tuiter” y el “facebuc” ha sido, obviamente, a las
formaciones más pequeñas, véase UPyD, PA o Equo, entre otros. De hecho, ésos
partidos parecen haber rehusado, definitivamente, los tradicionales “carteles,
coche-megáfonos y mítin”. Sí, todavía se pueden ver algunos cartelicos de
andalucistas o ecologistas por nuestras calles, pero son insignificantes en
número si comparamos la cifra con pasadas elecciones en las que esto de los
“tweets” no se llevaba tanto. Y un servidor se alegra de que sea así; mejor que
nos den la tralla por la red social de turno -de la que tan fácil es escapar
como cerrar el ordenador- que no nos llenen ciudades y pueblos de carteles que
perduran en el tiempo cual estrella espacial o que pase por tu calle y a la
hora de la siesta el “tres caballos” con la megafonía del mítin de Arenas o el
“camino seguro” de Griñán. Que por cierto, al PSOE le ha faltado poner de lema
“porque más vale lo malo conocido…”. Es lo que pienso cada vez que veo lo del
“camino seguro” siendo líderes en paro, corrupción, fracaso escolar, etc.
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