El Cable Inglés y la historia de siempre

El pasado 25 de enero debieron finalizarse las obras. A día de hoy, continúan los trabajos de la primera fase.

La noticia hubiese sido que acabasen las obras en el plazo previsto, pero una vez más, no ha sido así. Como pueden ver en la foto, la primera fase de esas obras debería haberse terminado el 25 de enero, y ya estamos en marzo. Además, hemos de tener en cuenta que, debido a la campaña electoral, todavía quedan un par de meses, como mínimo, para ver que se inicia la segunda fase. Total, después de tantos años de desidia, qué importan unos mesecillos más, se dirán algunos.

A la izquierda, el óxido, y a la derecha, limpieza.

Prueba de que las obras no han acabado.

Desde finales de los 80, y con el mismo partido en la Junta de Andalucía que tenemos ahora, se viene hablando del Cable Inglés, de su rehabilitación y de los múltiples usos que se le podrían dar. Incluso el Gobierno andaluz ha tenido la desfachatez de destinar ciertas partidas económicas -allá por los 90- a dicha causa sin que llegara ni un sólo duro al Cable. Eso sí, hicieron el paripé de nombrarlo Bien de Interés Cultural -BIC- en 1998. Pa lo que ha servido...

Tras años de mentiras y olvido, por fin comenzaron las obras a finales de 2010, y el eterno consejero de Cultura, el socialista Paulino Plata, visitó las actuaciones el 20 de enero, diciendo que las obras "se acabarían a principios de febrero". Obvio es que, o mintió, o le engañaron a él. En cualquier caso, malo. Por cierto, y aunque no venga al caso, en aquella visita, Plata dijo que la Junta de Andalucía "colaboraría" para mantener el museo Casa Ibáñez, en Olula del Río. Cataplás. De momento, la Diputación Provincial es la única que afloja la mosca, con 50.000 euros.

Total, esperemos que antes de 2067 podamos disfrutar de un Cable Inglés sin óxido ni riesgo de desprendimientos -qué menos- y si, de paso, tuviera algún uso práctico, pues mejor aún.