Pablo Requena |
Desde luego, lo que más llamaba la atención de ese descolorido y singular debate electoral en el que sólo estaban Griñán y Valderas era precisamente eso; la ausencia del líder del PP andaluz. Y que me permita don Javier, pero desde mi humilde punto de vista, ello supone una torpeza política por su parte y por la que pronto veremos si alguien termina llevándose las manos a la cabeza el próximo día 25.
Ojo, que no estoy diciendo que si el PP no gobierna Andalucía será por no haber debatido en Canal Sur. No. Lo que digo es que debatir contra Griñán sólo podría haber beneficiado a Arenas, y echando un ojo a las últimas encuestas, casi ninguna le garantiza la mayoría necesaria para gobernar. Oportunidad perdida, por tanto, para arañar algún voto más entre los numerosos indecisos que ayudara a afianzar esa mayoría absoluta.
A Rajoy ya le hemos visto aprender de errores similares. Si no recuerdo mal, rechazó debatir contra Zapatero cuando las encuestas le daban como ganador, pero ocurrió el 11M y perdió. ¿Y qué hizo a los cuatro años? Suplicar un debate donde fuera.
Volviendo al debate andaluz, resultaba gracioso comprobar cómo dos potenciales socios políticos -PSOE e IU en Andalucía- se tiraban los trastos a la cabeza. También me parecieron algo cómicas las continuas referencias al ausente Arenas, al que creo que se le llegó a acusar de la muerte de Manolete (por cierto, ¿Alguien ha visto ya la película?). En definitiva, repaso de Valderas a Griñán que, como era de esperar, ganó el debate ante la desaparición del candidato del PP. //
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