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Bienvenido y gracias por invertir un poquito de tu tiempo en este humilde blog en el que, sin afiliaciones políticas, ni empresariales, ni sindicales, ni de ningún otro tipo, trataré las noticias más relevantes de nuestra hermosa y a la par castigada provincia. Algunos de los temas serán conocidos por todos, otros serán anécdotas casi olvidadas por los almerienses y, cómo no, caerá alguna que otra primicia. Porque, que Almería sea pequeña, que lo es, no significa que no de un tremendo juego a los que nos dedicamos a esto de la comunicación. Y los que sigáis este blog con cierta asiduidad lo entenderés más pronto que tarde. Una cosita más: si queréis publicar vuestras opiniones, o algún artículo que sea de interés para los almerienses, éste es vuestro sitio.







jueves, 8 de marzo de 2012

El día de la mujer y un almeriense maltratado

"¿Hoy es el día de la mujer? Y ¿cuándo es el nuestro?", me confiesa José Cabrera, vecino de Berja de 53 años cuya historia, cuando menos, es para echarse a llorar.

A José le conocen casi todos los virgitanos, y todos le dan por un hombre "tonto de bueno que es". Ésa debe ser la explicación para que, a pesar de haber padecido -según él- tres intentos de asesinato y múltiples agresiones por parte de su ex mujer, de la que se divorció en 2006, ésta se haya quedado con la casa, el coche y una pensión (la pareja no tiene hijos). Pero ahí no queda todo. A José, su ex mujer le denunció por "maltrato psicológico", y a pesar de no presentar ninguna prueba de ello, José pasó 72 horas seguidas en el calabozo de la Benemérita de Berja. Los agentes, que conocen tanto a José como a su ex y saben de qué va la historia, se compadecían de él diciendo que sabían que él no había hecho nada, pero que la ley era la que era.

Según narra, los dos primeros intentos de asesinato fueron muy similares. "Ella echaba una tableta entera de somníferos en el vaso de leche que siempre me tomo por las noches, y cuando me ingresaban en el hospital de Poniente, los médicos creían que eran intentos de suicidio". La tercera vez se produjo precisamente en uno de esos ingresos en el Hospital ejidense, cuando su ex mujer -siempre según la versión de José- le inyectó una aguja con gasolina, lo que casi le costó la vida... por tercera vez. "Yo no denunciaba por tonto", dice.

Entiendo perfectamente que hasta aquí, la historia de José Cabrera les parezca del todo inverosímil o surrealista. No les juzgaré por ello. Lo que si voy a hacer es decirles que mientras José me cuenta todo esto, yo estoy frente a él, a tan sólo dos palmos de su cara mientras tomamos un café en la barra de un bar, y les aseguro que, no es que vea engaño o maldad en su forma de expresarse, sino todo lo contrario; José tiene la mirada humedecida, a causa de la pena que le provoca recordar su historia, y transmite una sinceridad y una desesperación que a un servidor no le dejan indiferente.

José habla también de agresiones, tanto psicológicas como físicas. De hecho, se ha quedado cojo por aquella inyección de gasolina, que le tuvo ingresado en el hospital casi dos meses "Y encima me ha dejado pelao, sin casa, sin dinero, sin coche y sin nada de nada. Estoy desesperado", asegura, mientras pide a la Justicia presisamente eso, que sea justa. De hecho, tiene pendiente un juicio para aclarar su situación, del que les informaremos cuando se celebre.

P.D: Feliz día a todas las mujeres, trabajen o no.

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