ARTÍCULO DE OPINIÓN
Pablo Requena |
Con dos enormes bolsas escrotales y la cara más ancha que Castilla y más dura que el diamante, el presunto cerebro de la trama corrupta investigada por la Operación Poniente y ex interventor municipal de El Ejido, Pepe Alemán, ha presentado alegaciones al presupuesto del Ayuntamiento ejidense. Como ven, no sólo no se ha metido debajo de una piedra -que es lo que haría cualquier hijo de vecino al que imputasen delitos de malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, cohecho, falsedad documental y blanqueo de dinero-sino que continúa ufanándose por la provincia cual gallo de corral en plena edad del pavo. Y en tan ornitológico símil incluyo los 600.000 euros de fianza que el gachón ha tenido que apoquinar para no seguir en prisión. Calderilla.
No es, ni mucho menos, la primera vez que Pepico le echa bemoles al asunto desde que abandonase las desagradables dependencias penitenciarias de El Acebuche. Bien fresco tenemos aún el recurso que interpuso contra su despido por parte del Ayuntamiento al que, presuntamente y con el inestimable apoyo de Enciso, Galán y cía, ha esquilmado. Imagínese que le pillan a usted robando, trapicheando y falsificando en su empresa. ¿Se extrañaría e incluso litigiaría contra ella si le despiden por ello? Pepico sí.
Precisamente, el Ayuntamiento de El Ejido acaba de aprobar -además de ése presupuesto que tanto parece disgustar a Alemán- un plan de ajuste para tratar de paliar la colosal deuda municipal, dicen que superior a los 250 millones de euros, heredada del “clan de los imputados”. ¿Sobre qué puntos concretos habrá alegado el presunto corrupto? ¿Quizá se queja de que no se recoja ni una paguica por los “servicios prestados” en ninguna partida presupuestaria?
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