Pablo Requena |
El gran fallo, a mi juicio (y por lo que se ve, a juicio de más de un socialista) ha sido la ausencia de esa “tercera vía” que algunos creíamos casi segura, y que sí que hubiese ayudado a aparentar un intento de cambio y renovación por parte del PSOE. “Si decimos izquierda, hacemos izquierda”, decía en Olula la malograda Chacón. Y digo yo… ¿y si decís cambio, votáis a Rubalcaba o a ella misma? Porque, insisto, decir que con Rubalcaba o con Chacón van a cambiar los aires en el PSOE es lo mismo que pensar que meticuloso es aquel que disfruta con el sexo anal.
Aunque ojo; por otro lado, entiendo perfectamente que, después de la traumática experiencia zapateril, los delegados socialistas hayan optado por lo malo conocido antes que por lo bueno por conocer. Lo que es seguro es que a casi nadie se le escapa las malas artes empleadas por los dos candidatos para lograr la victoria (los informativos de La Sexta eran de coña, metiéndose con Rubalcaba y aplaudiendo con las orejas a Chacón, y al revés en El País).
A lo que voy; este club de los imposibles que es, hoy por hoy, el PSOE, no deja de tener su encanto, mediáticamente hablando. Los dimes y diretes entre Rubalcaba y Tomás Gómez, Bono y Barreda, o Viera y Griñán, entre otros muchos, así lo atestiguan. Lo que deja de tener gracia es que el PSOE debería seguir muy de cerca lo que hace el PP con su mayoría absoluta y con los mercados apretando, y parece que dedica muchos más esfuerzos a sus cuitas internas.
P.D: Pepegriñán el Breve. Así le conoceremos, probablemente, tras el 25-M, y no sólo por lo poco que habrá durado presidiendo Andalucía; también por lo corto, cortísimo, que sería el tiempo que ha estado presidiendo el PSOE.
Publicado en www.noticiasdealmeria.com y en www.laopiniondealmeria.com
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