ARTÍCULO DE OPINIÓN
Pablo Requena |
Están a la vuelta de la esquina los congresos que el
PSOE va a celebrar a lo largo de la geografía andaluza para elegir a sus
líderes provinciales, y los de Almería prometen brindarnos, una vez más,
emociones fuertes. Lo venimos advirtiendo en recientes titulares de prensa en
los que quedan patentes el nerviosismo y la incertidumbre de lo que está por
venir este verano, donde todo indica que habrá varias candidaturas.
No es nada novedosa, ni mucho menos, la división y
la desconfianza existentes entre los socialistas almerienses; baste con tirar
de hemeroteca para comprobar la existencia de clanes y familias políticas que
llevan décadas haciéndose la zancadilla. Y si algún ingenuo creía que el pasado
congreso extraordinario en el que los militantes eligieron a Sánchez Teruel
como sustituto de Martín Soler iba a apaciguar las aguas, está visto que no iba
muy bien encaminado.
Apenas ha transcurrido un año desde que Sánchez
Teruel fuese elegido y en la capital almeriense ya se ha movido, de momento, el
concejal Joaquín Jiménez, quien anuncia que volverá a presentarse como
candidato a la secretaría local y quien representa, a todas luces, al sector martinista, que está enfrentado a
la actual dirección provincial. Una dirección provincial que dice luchar por la
integración de todas las sensibilidades pero que a la hora de la verdad es como
cualquier otra dirección de cualquier otro partido político; autoritaria y
arbitraria a partes iguales. Y no lo digo sólo yo. De hecho, hace poco he
podido conversar con un destacado dirigente del PSOE almeriense, secretario de
la agrupación local de un pueblo de la provincia para más señas, que me habla
de “miedo” entre algunos militantes; miedo a expresar su opinión públicamente. Tanto
es así que, a pesar de sus valiosas declaraciones, en las que también habla de
que no se escuchan las demandas y propuestas provenientes de socialistas que “no
comulgan con ruedas de molino”, me ruega que no las publique o, que al menos,
no desvele su identidad. Luego el temor a Griñán y a la dirección del PSOE
almeriense, como las meigas; haílo.
Y si al sector martinista
le quedaba alguna duda sobre si presentar o no candidatura alternativa, van y
le abren expediente disciplinario a su mano derecha, Diego Asensio, un año
después de las famosas declaraciones contra Griñán en las que decía lo que
muchos almerienses piensan del presidente andaluz, vistos los últimos
resultados electorales obtenidos por el PSOE en Almería. De momento, el
expresidente provincial Martín Soler ya se ha descolgado diciendo que las
direcciones andaluza y almeriense “generan tensión y agresividad” y buscan “asustar”.
Otro que tiene miedo. Ya veremos si, en los próximos congresos, se dignan él y
Asensio a asomar la cabeza o vuelven a quedarse en casa o en el Mandala.
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