
Sin embargo, este verano está siendo especialmente duro para Mojácar, y no exclusivamente porque haya descendido la ocupación hotelera en la localidad -que también- sino porque hay una lacra bien conocida en otras partes de España como es el botellón. Pero no un botellón normal, no. En Mojácar, cada fin de semana peregrinan miles de jóvenes almerienses, españoles y extranjeros con un único fin; salir de fiesta en los apreciados locales de la playa mojaquera. Pero claro, con los tiempos que corren y con el precio de la copa en pubs y discotecas -siete euros de media- , el joven medio que busca entonarse o directamente emborracharse se ve obligado a realizar un botellón previo (el precio de una botella de wisky en un supermercado es menor que el de una sola copa en un bar).

ALMERÍA 102 ha hablado con el portavoz de la oposición municipal, Manuel Zamora (PSOE) quien dice apoyar las medidas policiales pero, al ser preguntado por la opción del botellódromo, dice que "podría ser una solución".
Y no es del único asunto del que hemos hablado con el socialista. También conversamos sobre el hecho de que Mojácar pueblo se haya quedado sin un sólo cajero en el que retirar dinero. "No le hecho la culpa al ayuntamiento (...) pero se podría haber trabajado más", dice Zamora en ese sentido.
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