El nuevo terremoto político en Zurgena con el condenado Trabalón como protagonista pilla desprevenidos a las direcciones de PP y PSOE

El ex alcalde tiene aún una docena de juicios pendientes

La noticia saltaba ayer mismo en Zurgena y ha sido tan repentina que los primeros sorprendidos, a parte de los propios zurgeneros, se encuentran en las direcciones de los partidos involucrados. Dos concejales del PSOE, uno del PP, cuatro del PA y uno independiente presentaban el escrito pertinente para llevar a cabo una moción contra el actual gobierno municipal, formado por populares y andalucistas.
Periodísticamente, existe en Zurgena un ambiente visiblemente enrarecido, donde obtener un testimonio de algún edil involucrado en la moción o del aún alcalde, Francisco Ramos, se antoja una tarea casi imposible. Precisamente, esta mañana conseguía que Anabel Sola, teniente de alcalde pepera y firmante de la moción, dijera sus primeras y únicas palabras. “Estoy reunida y me pillas en mal momento; llámame la semana que viene”. Otros ni siquiera cogen el teléfono, como el regidor o como María José Aliaga, edil del PSOE que no apoya la moción y que ya denunciara en este blog las “fechorías” de la coalición PP-PA (escuche sus declaraciones y recuerde la Operación Costurero aquí: http://almeria102.blogspot.com.es/2012/01/recordando-el-costurero-zurgenero.html )

Luis Díaz, "alcaldable"

Alguien que sí ha querido conversar del asunto ha sido Juan Martínez, máximo responsable en Almería del Partido Andalucista (PA) en el que milita el ex alcalde y auténtico promotor de la moción, Cándido Trabalón. En ese sentido, Martínez confiesa que Trabalón ha actuado sin el conocimiento pleno de su propio partido. “Hubo algún comentario de que había algún contacto (…) pero como algo remoto”, me cuenta.
Tampoco parece que los máximos responsables provinciales socialistas y populares estuvieran muy enterados de todo esto. “Los concejales del PP y del PSOE que se están prestando a este circo van a su bola”, me dice alguien que sabe del asunto y que prefiere mantener oculta su identidad. Los socialistas, por su parte, ya se han desvinculado oficialmente de la moción de censura condenando la actitud de sus ediles, y es de esperar un mensaje similar proveniente de la dirección popular.
¿Y cuál es el motivo principal para que concejales de cuatro formaciones distintas se unan contra el todavía regidor Francisco Ramos?
La razón oficial es la “inoperancia” del primer edil y su deficitaria gestión. El andalucista, Juan Martínez, está de acuerdo con esto, pero añade una segunda causa. “Hay una cosa que es llamativa, y es que de once concejales que hay en el ayuntamiento, ocho apoyen la moción (…) hay que tener en cuenta que, en un pueblo pequeño como Zurgena, las actitudes personales cuentan mucho”, dice el líder provincial del PA.

Un agente en Zurgena con motivo de la Operación Costurero

Ahora, hay un plazo máximo de diez días para convocar un pleno extraordinario que ratifique esta moción de censura. Cuando esto ocurra, el PP habrá perdido otra alcaldía sin necesidad de ir a las urnas, como ya ocurriera en Laujar de Andarax hace algo más de un año. Claro que, si como apuntan algunos “hay mucho más que una mala gestión o un carácter indómito” motivándolo todo, pudiera ser que alguno de los concejales que pretenden apoyar esta moción se eche para atrás tras alguna promesa “satisfactoria”.
De no ser así, Cándido Trabalón se podría convertir, otra vez, en alcalde de Zurgena en la sombra, colocando en el sillón de mando al edil Luis Díaz. Un Cándido Trabalón (condenado a 21 meses de prisión e inhabilitación para cargo público) que tiene aún una docena de causas judiciales pendientes y que está acusado de la comisión de varios delitos, como prevaricación, cohecho o falsedad documental, entre otros.

El Palacio del Almanzora, a pique de venirse a bajo al cumplirse un año de la promesa de su rehabilitación

Políticos del PP prometieron arreglarlo...

Se acaba de cumplir un año desde que el ex alcalde de Cantoria, Pedro Llamas (PP) prometiese por enésima vez que el Bien de Interés Cultural (BIC) conocido como 'Palacio del Almanzora', en similar estado de ruina que otros monumentos almerienses como la estación de ferrocarril de la capital o el Cortijo del Fraile (Níjar), estaba muy cerca de convertirse en propiedad pública al haberse alcanzado un acuerdo con uno de los propietarios (el que más terreno posee). Como digo, se ha acaba de cumplir un año desde aquello, y el palacio del Almanzora está hoy aún peor que entonces, pues la nula protección del inmueble por parte de todas las administraciones combinada con las inclemencias meteorológicas que han azotado esta comarca en los últimos tiempos tienen este monumento hecho unos zorros.

Políticos del PSOE también se hicieron la foto...

Con motivo de esta triste efeméride, he podido conversar con algún que otro miembro del colectivo ciudadano 'Amigos del Palacio del Almanzora', que viene a ser la asociación más activa en la defensa de esta singular construcción palaciega del siglo XIX. De hecho, se podría decir que estos ‘amigos del palacio’ son la única organización que realmente se ha movido algo por este asunto, porque de los partidos políticos, ni rastro. De ninguno.

Me dice uno de estos ciudadanos concienciados que “los asuntos del Palacio del Almanzora no han tenido ninguna evolución favorable; podrimos decir que estamos igual que al principio. Los compromisos que adquirió públicamente Pedro M. Llamas (…) no se han cumplido”. Así se expresa uno de los miembros de la asociación, quien no sólo se muestra muy crítico (y con razón) con el ex alcalde del PP, ya que también recuerda que el Palacio del Almanzora fue declarado Patrimonio Histórico Andaluz, y en ese sentido, se acuerda de la Junta de Andalucía (tampoco exento de motivos): “Sevilla queda muy lejos de Almería, y fíjate que en el ejecutivo de Susana Díaz no hay nadie de Almería...”.

Tras tanta foto, así luce el "palacio"

Por todo esto, desde el colectivo admiten que han perdido cualquier esperanza de que “algún político” con mando en plaza mueva un dedo para evitar que el monumento del Almanzora termine siendo un mero recuerdo. “En definitiva, el Palacio se caerá sin lugar a dudas; otro invierno como los dos últimos le causará desperfectos hasta que se pierda todo lo que quede para poner en valor. El Palacio tiene unos dueños y, tal como marca la ley de Patrimonio Histórico, debería obligárseles a proceder a su mantenimiento o expropiarlos”, sentencia. Lo que parece lógico es preguntarse, si no se ha solucionado este problema años ha, ¿qué cabe esperar ahora con un ayuntamiento endeudado hasta las trancas o de una Junta de Andalucía que tiene el mismo interés por los monumentos almerienses que por colaborar con la justicia en el esclarecimiento de los fondos de reptiles? A mí, allá por el año 2007, el señor Pedro Llamas, que ha sido alcalde de Cantoria hasta hace tres días tras ser condenado e inhabilitado por el Supremo, me confesó que el ayuntamiento “estaba a un plis” (sic) de adquirir la propiedad del monumento, con lo que no me resulta nuevo que este pájaro se pase  sus promesas por el arco del triunfo y lo haga again with a relaxing cup of café con leche.

Nostalgia garrapatera

Si me pongo en la piel de un niño almeriense (un niño de clase media que tiene la suerte de no dar clases en las barracas de la Junta y cuyos padres conservan sus empleos a pesar de la política laboral rajoyesca) llego a una conclusión: Almería está perdiendo diversión a raudales para los más pequeños. Otra cosa distinta es el cambio en la forma de divertirse de los niños de hoy en día, que mayoritariamente parecen preferir tirarse la tarde encerrados entre cuatro paredes con la playstation o el twitter. Pero, suponiendo que el zagal al que me refiero sea de la vieja escuela y disfrute jugando en cualquier sitio menos en su casa, muchos convendrán conmigo en que, ciertamente, los jóvenes almerienses ya no podrán deleitarse nunca más saltando desde el cajón, denominado por la burocracia del lugar como ‘cable francés’. Nunca jugarse la vida fue tan divertido. Allí mismo, en el cajón, la vida sentaba cátedra sobre quiénes eran dignos y valientes, y quienes unos cobardicas; los que saltaban y los que no lo hacían. Claro que, si no había bemoles a saltar desde tan alta y oxidada plataforma (algo que no era sino una muestra de inteligente sentido común) siempre tenías la ocasión de redimirte adentrándote, desde el mismo cable francés, por un oscuro túnel subterráneo, asediado por el polvo rojizo del mineral de Alquife que tanto daño hizo en su día a esta ciudad; un túnel que daba a parar a las vías del tren, justo frente al Toblerone, y del que no era nada sencillo escapar.

El cajón, la cueva de Conan o el mismo Toblerone han sido lo más parecido a un parque de atracciones que Almería ha ofrecido nunca a sus churumbeles. Que ya es triste. Casi tanto como aquellos rumores malintencionados sobre inminentes llegadas de eurodisneys o eurovegas de turno. Ya nada queda de ninguna, ni de las que existieron realmente ni de las que lo hicieron sólo en nuestras ilusiones. Ni siquiera queda mucho ya de la vega de Acá. ¿La vega de Acá era divertida para un niño? La vega era una jodida selva amazónica para los pequeños tuaregs almerienses que cazábamos sapos, culebras, ratas, gatos, periquitos e incluso puercoespines. Hoy sólo encontraríamos algo similar en monumentos como El cortijo del fraile, la Alcazaba o la estación de ferrocarril antigua.

Adolescentes emprendedores innovando en el mercado provisional.

Abandono la piel del niño contemporáneo para regresar a la mía de cavernícola del siglo pasado, y veo que en uno o dos años (o en tres o cuatro: en Almería nunca se sabe) se abrirá al público la esperada ‘ciudad de los niños’, que va a costar más de once millones de euros y que aspira a convertirse en referente en toda Andalucía. Creo que, para un menor, esta ‘ciudad de los niños’ no será ni la mitad de atractiva como saltar desde un embarcadero abandonado, adentrarse en un mugriento silo de mineral, creerse Conan el bárbaro o hacer de Cocodrilo Dundee en la vega de Acá, y lo pienso porque basta con que sus padres y gobernantes no sólo no les prohíban que vayan, sino que les animen a ir, para que pierda todo interés. De momento, yo me conformaría con que esta futura opción de ocio familiar, legal y potencialmente nada peligrosa, inhiba a niños y adolescentes de practicar juegos y actitudes tan poco recomendables como el uso que algunos le dan al edificio del Mercado Provisional del ayuntamiento. La imagen que acompaña este texto (obtenida hoy mismo) da fe de ello. Es cierto que siempre tiene que haber gente para todo, pero si logramos que cada vez haya menos garrulicos, sin duda será un comienzo.

Recuperando la uva almeriense

Que Almería es una región históricamente agrícola está fuera de toda duda. Lo que muchos quizá ignoran es el esplendoroso pasado que el cultivo de la uva parralera otorgó a nuestra provincia. Antes del mar del plástico ejidense y los tomates y pepinos a granel, en municipios como Ohanes, Canjáyar o Padules proliferó el cultivo de esta uva, cuya industria se desarrolló desde el comienzo del siglo XIX hasta la década de los setenta. En ese periodo, la uva almeriense se exportaba a medio mundo; sólo en el valle del Andarax se producían, allá por 1907, unos dos millones y medio de barriles.
Por todo ello, el pasado 20 de abril comenzó la presentación en distintas localidades almerienses del vídeo documental "Los últimos parraleros", dirigido por José Carlos Castaño y Alejandro Buendía. El documental está financiado por la Diputación Provincial, dura una media hora y, tras haber sido presentado en Ohanes, Dalías, Terque, Padules, Laujar de Andarax, Berja, Canjáyar y Bentarique, ahora le toca el turno a Alhama de Almería. De hecho, el salón social del municipio alhameño acogerá, este 7 de septiembre, la última presentación oficial de este documental rodado en once localidades almerienses y con el que se homenajea a los parraleros almerienses.

VEA EL DOCUMENTAL PINCHANDO EL ENLACE:

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=SaezELmuLXY

La amenaza fantasma de la pantera vacilona

Desde hace unos días, muchos virgitanos viven inmersos en sentimientos incompatibles: desazón y cachondeo, alarma y curiosidad, surrealismo y naturalismo. La ya célebre pantera de Castala, un gran felino salvaje que, según testigos presenciales, sigue paseándose a su antojo por el parque periurbano de Castala, en el municipio de Berja, sigue dando que hablar. Miembros del Seprona y agentes de Medio Ambiente participan, todavía, en el operativo para capturar a la pantera. Un operativo en el que se están utilizando jaulas, a modo de trampas, con comida en su interior; la pantera no pica el anzuelo, pero un gato doméstico y un zorro ya han caído en el engaño.

Hasta aquí, la información publicada por unos y por otros. Desde ahora, toca hablar de la inutilidad de la Junta de Andalucía (y que no me canso de hacerlo, oiga), cuyo intelecto colectivo parece superado por una bestia parda. Porque no me digan ustedes que hay que ser muy grande para instalar cámaras de vídeo en las distintas jaulas repartidas por Castala con el único fin de grabar a la susodicha pantera, y que resulte que dichas cámaras no hayan captado ninguna imagen. Ya hay quien dice que las cámaras utilizadas por la delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía tienen poco que envidiarle a las antiguas super-8, ya que ni siquiera cuentan con visión nocturna (como para ver una pantera negra en plena noche). Así lo ha confesado a este blog uno de los miembros del Seprona. Por otra parte, ALMERÍA 102 ha hablado con algunos vecinos de Berja y ha constatado que hay cierta incredulidad con todo este tema; varios de ellos dudan que la famosa pantera exista realmente, incluso dudan del testimonio del alcalde del pueblo, Antonio Torres, quien asegura haber visto al felino. Sea como fuere, son ya dos las semanas que el parque de Castala permanece cerrado por la amenaza invisible de la pantera vacilona, mientras la fiera virgitana (la pantera, no el alcalde) sigue siendo más dificil de divisar que un empleo digno.